martes, 7 de junio de 2011

The Show. Capítulo 18: Comienza el Juego.

Pasé toda la noche dando vueltas en la cama. Me levantaba, iba a por un vaso de agua, un cigarro. Harta y sudorosa me levanté, fui al salón, encendí el ventilador de techo y…qué coño…me serví una copa.
Intenté calmarme y poner en orden mis pensamientos, buscando una solución. Dos cosas estaban claras: la primera, que era tarde para echarse atrás, el trabajo debía hacerse y la segunda, tenía que resarcir a Ebba por haberle jodido la vida de una manera tan cruel. Aquella niñita que se despidió desde su columpio se había convertido en un despojo de la sociedad. Algo debía hacer, ¿pero qué?
Dos copas y cuatro cigarros más tarde, tuve una idea. No podía decirle quién era yo, al menos de entrada. Se negaría a escucharme y lo más probable es que me pegara un tiro con el típico revolver Smith&Wesson que llevan escondido todas las putas del barrio chino. Una chica tiene que protegerse. Estaba claro, si quería limpiar mi conciencia, iba a tener que esperar hasta que terminara el trabajo.
Por otra parte, una muchacha joven como Ebba no desperdiciaría la oportunidad de salir de la calle. A estas alturas no creí que tuviera mucho que perder. Lo intentaría. Me fui a la cama. Por esta noche ya no podía hacer más.
Al día siguiente tras varias llamadas a un par de buenos amigos, comprobé que tal y como yo sospechaba, ya estaba fichada por pequeños hurtos, agresión, había escapado de un par de hogares de acogida… En una de las ocasiones, cuando el inspector de turno le preguntó el motivo, ella declaró que su padre adoptivo había intentado abusar de ella. Puso una denuncia, a los dos días se retiraron los cargos y Ebba ingresó en el hospital con un brazo y la nariz rotos y diversas magulladuras. Un accidente según ella. Después de aquello, notas vagas, nada de interés.
Cuando acabé de leer estaba entre estupefacta y aliviada. La culpabilidad era ya una punzada tan familiar, que había llegado a acostumbrarme. Pero me alivió saber que era imposible que declinara mi oferta. Era muchísimo dinero, lo suficiente como para salir de la calle, largarse de esta ciudad y empezar de nuevo. 
Había que ponerse en marcha, en este tipo de trabajos los preparativos y la previsión lo son todo.

- Hola Rolfe, ¿ocupado?
- Para ti nunca, preciosa, ¿qué puedo hacer por ti?
- ¿Tienes ya mis papeles?
- Casi, faltan un par de detalles.
- Bien. Necesito que hagas otro juego más.
- ¿Para quién?
- Eso no es asunto tuyo.
- ¿Tienes un socio?
- ¿Qué parte de ‘no es asunto tuyo’ no entiendes? Los necesito a nombre de mujer, elige el que más te guste.
- ¿Por qué no me has dicho que íbamos a necesitar a alguien más?
- No te confundas, amigo. Tú no necesitas a nadie. Tu único cometido en esto es que no nos pillen en el aeropuerto por un pasaporte cutre y pasarte por casa esta noche, si te apetece.
- Muy bien, muy bien. He aprendido con los años a no hacer preguntas. No sirve de nada. Allí estaré. Ponte guapa.

Colgué. Ya estaba en marcha.

CONTINUARÁ…

EL ESPECTÁCULO DEBE CONTINUAR.

3 comentarios:

javico dijo...

¡Rolfe es un calzonazos! ¡¡¡Con tal de mojar se rebaja muchísimo!!!

Unknown dijo...

¡Di que si! Por un cipote digno doce meses doce pajas.

Por otro lado lo que no sabe ella es que en la vez anterior le pegó herpes, porque Rolfe además ser un chuleras autosuficiente para mojar el churro a discreción puede contratar a profesionales del gremio para los trabajos más exigentes.

En cuanto a lo de mis dos o tres capítulos seguidos, vale, me apunto.
He tenido un par de 'hideas' de momento trataré de ajustarlo a dos, el que ya está escrito y otro más, eso si más largo de lo permitido.

Quiero aprovechar la ocasión para mandar un saludo a mis padres que me estarán leyendo, y al fito, al chuli, al cabra y a la desi ¡esa desi! ¡tia!

Galadriel dijo...

Rolfe no es ningun calzonazos. En todo caso es un aprovechado...Pero se le va a cortar el rollo rapido.