martes, 15 de enero de 2008

The Show. Capítulo 3: La Decisión

No me gustó su cara mientras leía.

- Tienes ideas que me gustan, pero te falta madurar. Lo siento, no es lo que busco.

El estómago me dio un vuelco. Otro fracaso más.

Sin mediar palabra tomé mi carpeta bajo el brazo y salí del despacho color ocre donde se había quedado la poca dignidad que me quedaba.

De vuelta a casa entré en un bar. No tenía hambre pero sí mucha sed. Pedí una cerveza y la apuré sentada en la barra con la mirada perdida y mil pensamientos rebotandome en la cabeza. Mis últimos dos años en la gran cuidad que comenzaron con ilusión y ganas de comerme el mundo parecían ahora lejanos y distorsionados. Borrosos.

Me hallaba camino de mi tercera pinta de cerveza cuando escuche el chirrido de la puerta del bar. Entró un hombre que aunque parecía totalmente fuera de sitio, desprendía seguridad en sí mismo. Creo que ninguno de los que nos giramos y quedamos mirando habría osado a dirigirle la palabra. No por miedo, sino por un respeto irracional hacia alguien que, aunque no conoces, sabes que es mejor tener como amigo que como enemigo.

Me quedé mirandole mientras se quitaba las gafas de sol. Tenía el pelo largo y moreno recogido en una cola baja y unos ojos verdes en lo que podías perderte si te dejabas. Bajé rapidamente la cabeza cuando nuestras miradas se cruzaron pero ya era tarde, se había dado cuenta de que estaba mirándole.

- Hola Gabrielle. ¿Un mal día?

¡¿Cómo sabía este tio mi nombre?!

Continuará...

EL ESPECTÁCULO DEBE CONTINUAR.

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