martes, 17 de mayo de 2011

The Show. Capítulo 11. Algunas respuestas.

Caminaba deprisa, inquieto, desorientado porque no conocía el lugar, deseando encontrar respuestas a las preguntas que se iban amontonando sobre su mente como cascotes en un terremoto. Su cabeza se movía a un lado y a otro buscando algo conocido, una esquina, una fachada... Nada. No le sonaba ese lugar, una idea latente presionaba su cerebro, deseosa de salir fuera y explicarle lo que había pasado, pero era incapaz de hacerlo, su jaqueca le impedía pensar con claridad. Se sentía drogado, y herido. Cuando hubo más luz pudo comprobar que su cuerpo estaba lleno de hematomas, dentelladas y arañazos... el hijo de puta que le hizo eso iba a cuatro patas, o los hijos de puta... Había marcas para todos los gustos y tamaños.

Sintió una urgencia y evacuó su vejiga apoyando una mano sobre un muro, fueron unos instantes de gloria después de tanto malestar. Una meada larga, de campeonato, tonificante, de un color azulado... "un momento, ¡¿AZULADO?! ¿Qué mierda me han obligado a tomar?", pensó sin permitir que ese susto le impidiera seguir disfrutando de la micción. Soltó un prolongado suspiro y mientras se sacudía las últimas gotas, miró a ambos lados, al otro lado de la calle vio a una anciana que volvía a casa cargada con bolsas de fruta y productos de desayuno. Se emocionó, la relajación del momento le hizo ver que huir no era la solución, se dijo a sí mismo que seguro que esa mujer sentiría piedad de él y le ayudaría. Todavía algo aturdido y sin ser muy consciente, con la mano que tenía libre intentó atraer su atención.

- ¡EHH SEÑORA! FRAU... AQUÍ...  OIGA...

La mujer, atónita ante semejante panorama, debió perder la poca fuerza que le quedaba en los brazos dejando caer las bolsas al suelo. La comida se esparció por la acera y una manzana rodó calle abajo cual carricoche del Potemkin. Debió pensar que era uno de esos degenerados que salen en los programas de sucesos. Wolf no tuvo que hacer nada, ya se había encargado la tele de asustar a la mujer.

Después sobrevino el temporal iniciado por el grito de socorro de la anciana. Prosiguieron las pedradas de unos gamberros en bicicleta que jugaban por ahí cerca y la indignación popular de todos los que se asomaban a esa calle. -Ese pervertido ha intentado violar a esa pobre mujer- gritaron desde una esquina. "POLICÍA, POLICÍA" se escuchaba desde otro lugar. -Santo cielo, es que ya no se está seguro ni a plena luz del día-  se quejaba amargamente una vecina que acudió rauda y veloz ante la posibilidad de linchamiento público. Se oyeron también gritos de feministas que pedían no sólo la cabeza de Wolfgang, sino también la de todos los hombres mayores de trece años.

Wolf corrió. Hasta donde su cuerpo le permitió. Había esquivado a la muerte la noche anterior sólo para volver a meterse en problemas. Se palpó los bolsillos y sacó su cartera, debía buscar pistas. Detrás del billete de tren estaba escrita una dirección, de algún modo una parte de su memoria volvió a cobrar vida, el tacto del billete y el olor de la tinta le trajeron recuerdos antes dormidos. Reconoció el lugar y se dirigió a él a toda velocidad, intentando dejar atrás el ruido de sirenas. Al llegar al piso se lo encontró abierto. Un amasijo de papeles lo inundaba todo, las paredes estaban repletas de mapas, recortes de periódicos y esquemas incomprensibles. La ventaba también estaba abierta y dejaba entrar una brisa que atrajo algo brillante hacia sus manos.

-¿Qué mierda has venido a hacer a Viena, Wolfie? Tú no eres de por aquí- se dijo mientras sostenía un sombrero hecho con papel de aluminio.

Mientras, en otro lado de la ciudad, la muchedumbre hacía corro alrededor de una ambulancia. Eins, zwei, drei.. repetía continuamente el personal sanitario que intentaba reanimar a una anciana. Al parecer la mujer había sido asaltada por un maníaco sexual que no pudo llevar a cabo sus fechorías gracias a que un grupo de valerosos vecinos lo impidió.

6 comentarios:

Javier Martínez Campos dijo...

Tierra llamando a feedback... Tierra llamando a feedback...

¿Reacciones? ¿Sugerencias?

Unknown dijo...

Oche, he dejado el blog así porque comencé a hacer cambios y conforme avanzada los internetes ajenos o desaparecían o tenían una cobertura ínfima. Al final, ya tarde me dije a mi mismo para mis adentros: "A tomar viento" No sufráis, tengo la plantilla antigua descargada.

Javier Martínez Campos dijo...
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Javier Martínez Campos dijo...

Menos mal, porque si no Galadriel te corta los huevos.

Por cierto, si abrís

http://librodenotas.com/dospuntoscomillas/17026/dominique-strauss-kahn-una-manolla-bien-refroncista-es-lo-mejor-que-nos-refrunzune

leeréis una entrevista graciosísima que le hizo mi escritor favorito a Strauss Kahn, una genialidad ficticia.

Galadriel dijo...
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
Unknown dijo...

La he entrevistado y le parece bien el cambio, por cierto luego te enseño como cambiarle el color al texto del post por un color que te guste, no por uno de los predefinidos.